viernes, 16 de noviembre de 2007

El Fujiyama


·¿Dónde se encuentra?

El monte Fujiyama se sitúa en Japón central y justo al oeste de Tokio.
En 1936 la zona del Fujiyama fue convertida en Parque Nacional y desde entonces una cómoda carretera permite realizar el periplo completo del volcán y visitar la zona de los cinco lagos y el inmenso bosque, que la circunda. Luego se añadió al citado parque la cadena de Hakone y la península de Izu, una inmesa zona protegida de 1.223 Km2. Excluyendo algunos arrozales, la totalidad del territorio está cubierto por los frondosos componentes de un bosque prealpino, al que siguen, según la clásica sucesión en altura, la zona de pastos y las extensiones de lava.

·¿Cómo es?

Está formado por un cono volcánico donde el Fujiyama se eleva sobre una altiplanicie de una altura media de 1.000 metros, en la parte meridional de una vasta depresión tectónica, denominada Fosa Magna, que divide la isla de Hondo en sentido transversal para seguir después en pleno fondo del océano Pacífico. Al este de la fosa se extiende la llanura de Tokio y, en la parte occidental, la triple cadena de los ásperos y salvajes Alpes Japoneses. No es exagerado decir que la tierra del Fujiyama tiembla continuamente. Cuatro o cinco sacudidas al día testimonian la amenazadora y constante presencia de la subterránea actividad volcánica. El cráter del Fujiyama tiene un diámetro de unos 670 metros y se abre sobre un abismo de 220 metros de profundidad, aproximadamente. De diversos puntos surgen chorros de vapor caliente y en el borde externo brotan unos manantiales considerados como terapéuticos: el Kimnei-sui y el Gimnei-sui.

·¿Cuándo, cómo y por qué se formó?

A diferencia de los Alpes Japoneses que se formaron hará unos 500 millones de años, el Fujiyama es una montaña reciente, como lo demuestra la forma regular del cono. Su morfología, típica de la franja volcánica Izo-Bonin-Volcano, ha sido plasmada por flujos de lava muy líquida y elástica, lo que ha determinado que se formaran, en cada una de sus laderas, pendientes suaves y regulares. Hará unos 300.000 años atrás, una fase de paroxismo volcánico elevó un inmenso cono sobre un basamento del terciario superponiéndolo a otros dos, más antiguos y de menos altura, y creando esta grandiosa mole que hoy suscita tanta admiración.

·¿Por qué recibe ese nombre?

Para los amantes de la filología, el nombre japonés de Fuji (el antiguo Fuzi o Fuzhi) ofrece grandes posibilidades de investigación. Los estudiosos no han llegado aún a ningún acuerdo sobre el origen de este nombre. El término corriente, Fuji-san, sólo significa la montaña Fuji, siendo san la traducción china de montaña. Fujino-yama, forma preferida por los poetas, tiene el mismo significado, y el vocablo europeo, Fujiyama, no es otra cosa que su corrupción. Algunas veces, el nombre se escribe con dos caracteres. Otros se sirven del ideograma, que indica "riqueza y prosperidad" y "samura", de donde se pasa la expresión "tesoro de los samurais".
Toda esa confusa terminología llevaría a excluir el origen autóctono del nombre. Por otra parte, cuando los japoneses colonizaron la región del Fuji, se encontraron frente al pueblo de los ainos, que en la actualidad vive en restringidas áreas del norte del archipiélago, y asimilaron sus topónimos. Fuji sería, por lo tanto, la corrupción de Ainu Huchi o Fuchi, nombre de la diosa del fuego y término muy apropiado para el nombre de un volcán.

·Características o datos de interés

Entre las características cabe destacar, como se citó antes, el territorio que comprende este precioso Parque Natural que es de 1223 Km2, es decir, unas grandes dimensiones.La belleza y la fama del Fujiyama, atrajeron además a muchos visitantes europeos, que subían a la cima siguiendo a los peregrinos del país que van al monte para encontrarse con la armonía y un precioso paisaje. Además, el Fuji no presenta ningún obstáculo técnico, ni requiere una determinada habilidad y constituye únicamente una experiencia inolvidable.

El punto de partida de este precioso paseo armónico es la ciudad de Subashiri que se encuentra debajo del monte Fujiyama. Una vez llegan a la cumbre, ya a la caída de la tarde, se instalan para pasar la noche en alojamientos adecuados y a la mañana siguiente se levantan temprano para asistir al nacimiento del Sol, imagen viva de la gloria y de la prosperidad. Luego lanzan algunos guijarros en los montones de piedras que constelan la cresta del cráter, para ayudar, según la tradición budista, a las almas de los niños muertos.

·Breve reseña histórica

El Fujiyama, o también llamado el volcán de la diosa floreciente, es para los japoneses un proverbio de la naturaleza.

Los míticos orígenes del Fuji, que es el nombre que dan los japoneses al Fujiwama, se narran e n las primeras páginas del Kojiki, texto sagrado del sintoísmo y al mismo tiempo la primera historia del Japón. Este libro fue redactado en el año 712 por Yasumaro, por orden del emperador, deseoso de legalizar, su ascendencia divina a través de la descripción de los mitos originarios transmitidos oralmente desde los más remotos tiempos. Parecidos en esto a las cosmogonías del mundo occidental, estos mitos nos cuentan que de la unión de dos divinidades nació el país de las ocho grandes islas. El padre de estas islas, desesperado, desenvainó la espada y cortó en seis pedazos a un hijo recién nacido: estos pedazos fueron la cabeza, el vientre, el pecho, los genitales, las manos y los pies. Pero de cada uno de estos pedazos tomó forma un nuevo dios de las montañas, protector de los pasos, de los senderos, de los viandantes y de la vegetación. Y sobre todos ellos reina como soberano Oh-yama-tsumi, el gran dios del Fuji, con su hija, la augusta princesa. Es una bella historia, no cabe duda, poética y patética al mismo tiempo, y con esa extraña fascinación que tienen todas las naracciones inverosímiles y hermosas. Es una bonita historia/leyenda pero que ya no sirve para explicar la realidad de nuestros días.

Fujiyama

Fujiyama